Prueba de fuego para sistema implementado en Torre
Titanium el pasado 27-F:
Los
disipadores de energía del edificio Titanium La Portada, desarrollados por
SIRVE, tuvieron su prueba de fuego el 27 de febrero pasado. Con 52 pisos y 190
metros de altura, era un desafío ver cómo resistiría la torre más alta de
Sudamérica el impacto causado por el segundo sismo en envergadura en la
historia de Chile (el quinto más grande que registra la historia de la
humanidad).
La torre no tuvo ningún daño, lo cual también fue una demostración del avance alcanzado por la ingeniería nacional en tecnologías sismo resistentes. La experiencia de los disipadores frente al terremoto probó también el valor de invertir en innovación de este tipo en un país como el nuestro, donde la probabilidad de un sismo de gran envergadura es significativamente alta.
La mega torre Titanium salió ilesa mientras muchos edificios, construcciones y casas se vinieron abajo, y mientras se registraron fallas estructurales en numerosos edificios estratégicos, como hospitales, recintos educacionales y culturales, centros de asistencia, bomberos, con un alto costo por concepto de reconstrucción y también por haber visto interrumpido su funcionamiento.
La dramática experiencia
del terremoto ha significado un desafío extremo para SIRVE, que ha registrado
un incremento de sus proyectos de disipación en un 500 %. “Antes del terremoto
estábamos desarrollando 5 proyectos que incorporaban algún sistema de protección
sísmica y en este momento tenemos una cartera de alrededor de 25 en curso”,
cuenta Mario Álvarez, ingeniero civil y Gerente General de la empresa. “Este
desastre natural se ha convertido en una oportunidad para seguir desarrollando
ingeniería antisísmica de punta en Chile. De hecho, ya estamos recibiendo
solicitudes para trabajar en Perú y México, países que han valorado nuestros
desarrollos y aplicaciones en edificios y obras civiles. Así como tener los
cielos más limpios del mundo (en el norte de Chile) posibilitó un explosivo
desarrollo de la astronomía chilena a nivel mundial, a nuestro país también se
le abre una puerta para ser líder mundial en ingeniería antisísmica”.
Los disipadores de energía
sísmica utilizados en la Torre Titanium fueron desarrollados por SIRVE a partir
de un proyecto Fondef iniciado en 1996 por Juan Carlos de La Llera, ingeniero y
profesor de la PUC que entonces venía llegando de una beca de especialización
en Berkeley, Estados Unidos.
Los disipadores de energía son dispositivos metálicos, viscosos, óptimos para la fricción, que se ubican en lugares especiales de la estructura de un edificio y que permiten disminuir las deformaciones esperadas por efecto de sismos severos, entre un 25 a un 45% aproximadamente. El Titanium contiene 25 disipadores transversales y 20 longitudinales, los cuales posibilitaron reducir las deformaciones producto del terremoto de febrero pasado en un 40%, protegiendo de esa forma la estructura y sus contenidos.
Durante el gran terremoto del 27 de febrero, los sistemas de protección sísmica diseñados por SIRVE –aislamiento sísmico y disipadores de energía también probaron su efectividad en otras construcciones del país, como el Edificio Parque Araucano, la Clínica UC San Carlos de Apoquindo, el edificio de la Escuela de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el Hospital Militar en La Reina, dos edificios de consultas de la ACHS, el edificio institucional de la empresa VULCO y en el nuevo muelle del Puerto Coronel.
El caso del Muelle Coronel es el más llamativo. “Continuó operativo a pesar de
la gran intensidad sísmica que se sintió en la zona y que hizo que una serie de
otras estructuras portuarias cercanas sufrieran importantes daños”, destaca
Juan Carlos de la Llera.
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